jueves, 16 de octubre de 2014

Todos toman del bidón

Hasta hace un mes era la "máquina", el "fútbol champagne", o simplemente "la gallardeta". Y tenían razón.
Si bien el periodismo masivo deportivo exageró desde el vamos, excitados por la idea de un renacer futbolístico de un grande que los transportó al pasado mas antiguo del fútbol argentino, no negamos que River daba cátedra en cada partido.
Pero eso poco a poco se fue apagando. Tal vez porque River no era una máquina por mérito propio exclusivo. Si el equipo de Gallardo no fuese una incógnita en la pretemporada, y ya contara en aquel momento con laureles "barcelonescos", probablemente sus rivales hubiesen estudiado mejor al rival cortándole el juego tan vistoso que mostraron.
Conforme pasaron las fechas River aumentaba en juego y en goles, hasta que todos se dieron cuenta que era cosa seria. Y cuando todos se percatan de algo así, la situación cambia y se toman cartas en el asunto.
Festejelo antes que se vuelva a cortar la luz, Sanchez.
Primero fue Arsenal. Luego Lanús. Dos empates que presagiaban que la máquina empezaba a tener mayor resistencia en sus rivales. Llegó el turno de Boca que impuso su temperamento en waterfútbol pero solo se llevó un empate, el tercero consecutivo de la Gallardeta.
A partir de allí se notó que el fútbol total de River ya no era tal, pero aún así no perdía. Tampoco perdió con Central en Copa Argentina, aunque quedó eliminado por penales. Lo cierto es que hoy perdiendo uno a cero y con un penal en contra el "fútbol total" era incapaz de dar vuelta el resultado...
Y apareció el bidón. Ese del que todos se quejan, pero para triunfar todos beben. Sírvanse del doctor, sabio del balonpié. Hoy el corte de luz le dio a River la posibilidad de mantener su invicto y dar vuelta una historia que parecía sentenciada.
¿Buen fútbol? Na. ¿Juego asociado y gustoso? Na. ¿Partido emocionante para ver? Neee. Hoy River no jugó a nada, y su rival tampoco. No tuvo ideas y se encontró perdiendo por un zapatazo hermoso. Pero ganó 3 a 1. ¿Cómo se explica esto?
El bidón. Cuando el Roro tenía que patear el penal y sellar la historia, el partido se enfrió, Libertad lo sufrió y River aprovechó. Siguió el partido, todo de la Gallardeta, pero sin un gran fútbol. Siguió siendo mediocre el juego pero con más resto y más ánimo (fundamental) selló prácticamente la llave.
Partido malo, peleado y ganado gracias a... el corte de luz.
Hoy River ganó gracias a la bidoneada indispensable para todo aquel conjunto que sueña con campeonar. Hoy se mostró que cuando el fútbol lindo no puede, el bidón hace su trabajo. Ese, para la mirada de este redactor, es el máximo mérito de Gallardo y compañía.
PD: el vuelto déjenselo al muchacho que maneja la instalación eléctrica del estadio. Merece una propina extra porque hizo su trabajo al pie de la letra.

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